Nuevo León se posiciona como uno de los siete estados con mayor incidencia de homicidios dolosos en México. De enero a noviembre de 2024, esta entidad contribuyó con el 5.4% de los asesinatos registrados a nivel nacional, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Este preocupante panorama pone en evidencia la persistencia de la violencia en el estado, mientras el país enfrenta un promedio de 74.5 homicidios diarios en el mismo periodo.
Siete estados concentran la violencia
La distribución de homicidios dolosos en México muestra una clara concentración en siete entidades. Guanajuato lidera la lista con el 10.3% de los asesinatos, seguido por Baja California, Estado de México, Chihuahua, Jalisco, Guerrero y Nuevo León. Estas entidades acumulan el 49.5% de los homicidios dolosos del país, lo que refleja una fuerte disparidad en los niveles de violencia a lo largo del territorio nacional.
Nuevo León, con el 5.4%, evidencia un incremento preocupante que lo acerca a cifras similares a las de 2012, un año recordado por niveles críticos de inseguridad. La funcionaria Marcela Figueroa Franco señaló que, aunque el promedio anual de homicidios ha disminuido ligeramente desde 2019, este descenso no se refleja uniformemente en todas las entidades, y Nuevo León enfrenta un panorama en ascenso.
Durante noviembre, el país registró 2,234 homicidios dolosos, con un promedio diario de 74.5 víctimas. Este indicador, aunque menor al promedio diario de 82.3 reportado en 2024, sigue siendo alarmante. Los meses más violentos del año, como junio con 89.2 asesinatos diarios, evidencian picos críticos en el registro de homicidios.
Nuevo León, un estado en alerta
La incidencia de homicidios en Nuevo León no solo afecta a la percepción de seguridad, sino que también pone en jaque los esfuerzos por controlar la violencia. Las autoridades enfrentan el desafío de contener un fenómeno que no solo es alarmante en números, sino también en su impacto social. La inseguridad se ha convertido en una problemática que trasciende lo individual, afectando la vida cotidiana de los regiomontanos.
Si bien las cifras nacionales muestran una tendencia general a la baja, el caso de Nuevo León destaca como una excepción preocupante. Expertos en seguridad señalan que factores como el incremento de la actividad del crimen organizado, disputas territoriales y la falta de estrategias integrales de prevención contribuyen a este escenario. Además, la violencia en el estado no solo afecta áreas urbanas, sino también comunidades rurales, ampliando el rango de impacto.
Las autoridades estatales han anunciado medidas para enfrentar esta problemática, entre ellas un incremento en el despliegue de fuerzas de seguridad y la implementación de programas sociales enfocados en jóvenes. Sin embargo, los resultados de estas acciones aún están por evaluarse, y la percepción ciudadana sigue marcada por el miedo y la desconfianza.