En 2024, los secuestros en Nuevo León aumentaron un 47%, con 25 casos reportados, según la Fiscalía General del Estado. Esta cifra representa un incremento significativo con respecto a años anteriores, lo que destaca un problema persistente en el estado.
Estadísticas De Secuestros En Nuevo León
De acuerdo con los informes de la Fiscalía, en 2023 se registraron 17 secuestros, en 2022 fueron 22, en 2021 se reportaron 19, y en 2020 hubo 16 casos. Sin embargo, el número de secuestros en 2024 alcanza los 25, una cifra cercana al récord de 26 casos registrado en 2019, durante la administración del exgobernador Jaime Rodríguez.
El aumento en las cifras de secuestros muestra una tendencia alarmante, aunque los expertos señalan que este delito tiene una elevada cifra negra, lo que significa que muchos casos no se denuncian.
Las víctimas a menudo pagan rescates sin notificar a las autoridades, lo que complica la medición real del problema.
El hecho de que haya un subregistro sobre los casos reales refleja no solo el miedo de las víctimas a sufrir represalias, sino también la falta de confianza en que las autoridades puedan resolver y dar justicia al delito.
Además, los especialistas advierten que las condiciones del secuestro, como los pagos de rescate, a veces no son reportados, lo que impide conocer la magnitud exacta de este fenómeno criminal en el estado.
La Ley De Secuestro Y Sus Implicaciones
El Artículo 9 de la Ley General para Prevenir y Sancionar los Delitos en Materia de Secuestro establece que se comete secuestro cuando una persona es privada de su libertad con el fin de obtener un rescate o beneficio, o cuando se la detiene bajo amenazas de daño o muerte.
Este tipo de delitos no solo afecta a las víctimas directamente involucradas, sino que genera un clima de inseguridad en la sociedad en general. Las autoridades enfrentan retos importantes para abordar estos casos, ya que muchos se resuelven de manera privada, fuera del alcance de las instituciones legales.
¿Qué Hace El Estado Para Atender Este Problema De Seguridad?
El aumento en los casos de secuestro en Nuevo León pone de relieve no solo la necesidad de fortalecer las estrategias de seguridad y prevención del delito, sino la ineficiencia de las estrategias de seguridad estatales.
Si bien la falta de reportes de secuestros complica el registro real del problema, esto no quita que hay una falla estructural en cómo el gobierno atiende, previene o reacciona ante este problema.
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