Descubren Otra Red Facturera Vinculada a Samuel García
Recientes investigaciones han sacado a la luz una serie de prácticas cuestionables que involucran a Samuel García, gobernador de Nuevo León, y a su esposa Mariana Rodríguez, quienes parecen estar enredados en una intrincada red de empresas factureras, exhibiendo un modus operandi que amenaza con desacreditar aún más la confianza pública en su administración y en Movimiento Ciudadano.
El centro de esta controversia es Constructora Ahucatlán, una empresa recientemente beneficiada con un contrato estatal que supera los 13 millones de pesos, supuestamente destinados a proyectos de bacheo en el estado. Sin embargo, la firma, prácticamente desconocida en el ámbito de proveedores estatales y con escasa experiencia previa, es solo la punta del iceberg.
Una Red de Empresas Sospechosa
Documentos obtenidos a través de la Plataforma Nacional de Transparencia revelan que Constructora Ahucatlán forma parte de una extensa red de al menos 35 empresas, todas registradas en fechas y condiciones sospechosamente similares: mismos días, mismo notario público, y con una sorprendente coincidencia entre los nombres de los accionistas y apoderados.
Este conglomerado no solo comparte domicilios y representantes legales, sino que además ha participado en procesos de licitación de manera que aparenta competencia, cuando en realidad todas están interconectadas. Esta práctica no solo es éticamente cuestionable sino que potencialmente viola principios de transparencia y competencia justa en la asignación de contratos públicos.
La gravedad de estos hallazgos no puede subestimarse. Están en juego no solo los recursos del estado sino la integridad del proceso político en Nuevo León. En tiempos donde la transparencia y la rendición de cuentas son más demandadas que nunca por la ciudadanía, estas revelaciones podrían tener un impacto significativo en la confianza hacia el gobierno de García y hacia Movimiento Ciudadano a nivel nacional.
Transparencia y Ética de Samuel García Puesta en Duda
El hecho de que estas prácticas se desarrollen en un contexto electoral y estén vinculadas directamente con figuras públicas tan destacadas como Samuel García y Mariana Rodríguez, añade una capa adicional de escrutinio sobre su capacidad para liderar con ética y responsabilidad.
Este escenario plantea serias preguntas sobre la gestión de Samuel García y la dirección ética de Movimiento Ciudadano. ¿Es esta la “nueva política” que prometían? ¿Qué medidas tomará Movimiento Ciudadano para abordar estas alegaciones y limpiar su imagen ante la ciudadanía?
A la luz de estos eventos, es crucial que se lleven a cabo investigaciones exhaustivas y transparentes para aclarar el alcance total de estas actividades y asegurar que los responsables rindan cuentas. Nuevo León, y México en general, merecen líderes que no solo aspiren a la excelencia en gestión sino que también demuestren un compromiso inquebrantable con la ética y la legalidad.