Día de Muertos: Tradición Mexicana Global
En los últimos años, la celebración mexicana del Día de Muertos ha trascendido fronteras, posicionándose como una de las tradiciones culturales más reconocidas a nivel mundial. Este evento, caracterizado por una estética que mezcla el misticismo de las flores de cempasúchil, las calaveras y las ofrendas, ha encontrado en el turismo y la industria del entretenimiento potentes catalizadores que impulsaron su popularidad. Desde Estados Unidos hasta Europa occidental e incluso Australia, el Día de Muertos ha sido recibido con entusiasmo, llegando a reflejarse en festivales, muestras culturales e incluso colecciones especiales de marcas internacionales.
A través de estrategias de promoción y producciones cinematográficas, México ha logrado que su “nueva exportación cultural” conquiste al público global, volviendo atractiva una festividad que encierra profundas raíces prehispánicas y elementos espirituales de gran simbolismo. Según Ana María Salazar, antropóloga del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, esta expansión responde a un esfuerzo por activar recursos culturales para el turismo, pero también a una fascinación generalizada que la tradición genera en un contexto donde pocas culturas celebran la memoria de sus antepasados con la misma intensidad que México.
De la promoción turística al cine
La popularización del Día de Muertos fuera de México comenzó a consolidarse en los años ochenta y noventa, cuando las autoridades locales y el sector turístico identificaron su potencial para atraer a viajeros que querían experimentar una tradición única. El gobierno comenzó a destinar recursos para promover destinos como Janitzio, en Michoacán, y Mixquic, en Ciudad de México, donde los rituales de Día de Muertos se vivían con especial fervor. Estas localidades se convirtieron en sitios icónicos para observar la celebración, atrayendo a turistas nacionales e internacionales que buscaban un acercamiento profundo a la cultura mexicana.
El paso definitivo hacia la proyección global vino de la mano de la industria cinematográfica. En 2015, el rodaje de la película de James Bond, Spectre, en el Centro Histórico de Ciudad de México, generó una escena memorable en la que el agente secreto se desplaza en medio de un desfile ficticio de Día de Muertos. A pesar de ser una escena creada para la película, el impacto visual y el atractivo de la celebración inspiraron a las autoridades capitalinas a organizar un desfile de Día de Muertos al año siguiente, consolidando una nueva tradición que ha atraído cada vez a más visitantes y que refleja cómo el cine puede dar vida a una celebración, volviéndola atractiva para el turismo masivo.
El impacto global de Coco
Si Spectre plantó la semilla del interés global, el gran impulso para el Día de Muertos llegó con la película Coco de Disney Pixar, lanzada en 2017. Esta película animada, que relata la historia de una familia mexicana en torno a la festividad, llevó a millones de espectadores en todo el mundo a conocer detalles sobre las ofrendas, el papel picado y las flores de cempasúchil. La popularidad de Coco transformó la percepción internacional del Día de Muertos, convirtiéndolo en un ícono cultural al que muchas personas empezaron a relacionar con México. La película también favoreció que la festividad se integrara en Halloween en Estados Unidos, con ofrendas y disfraces inspirados en la estética de la película.
El reconocimiento oficial en el extranjero no tardó en llegar: en 2021, la Casa Blanca colocó su primera ofrenda de Día de Muertos, marcando un hito que reflejaba la importancia y la aceptación de la festividad mexicana en el ámbito cultural estadounidense. Así, el Día de Muertos se volvió una celebración global, gracias al aporte de los migrantes mexicanos que han mantenido viva esta tradición y han compartido su herencia cultural con las comunidades en las que residen.
El Día de Muertos como producto comercial
El Día de Muertos no solo ha ganado reconocimiento cultural, sino también ha captado el interés de grandes marcas internacionales. Cada año, marcas como Adidas, Converse y Puma lanzan colecciones de calzado inspiradas en la iconografía de la festividad mexicana, mientras que firmas de moda como Levi’s y American Eagle también han lanzado líneas alusivas. Incluso Starbucks ha creado ediciones especiales de tazas y vasos con temas de Día de Muertos para el mercado americano y europeo, sumándose a una lista de marcas que incluyen a Swatch y Vilebrequin.
Esta comercialización del Día de Muertos plantea reflexiones sobre el riesgo de homogenizar una tradición que presenta gran diversidad en sus manifestaciones regionales. La antropóloga Salazar advierte que si bien todas las culturas están en constante evolución, existe un peligro inherente a la globalización de tradiciones como esta. Cada región de México tiene variaciones únicas en la manera de conmemorar a los muertos, que van desde los altares hasta las expresiones artísticas y rituales. La internacionalización del Día de Muertos podría amenazar su autenticidad y transformar lo que en México es una expresión cultural compleja en un producto consumible más, perdiendo el valor espiritual y comunitario que le da su origen prehispánico.