Desde que fue anunciado como nuevo líder de la Iglesia Católica, el Papa León XIV ha captado la atención mundial, no solo por convertirse en el primer estadounidense en llegar al pontificado, sino también por su sólida preparación académica, su labor misionera y su sorprendente habilidad para comunicarse en varios idiomas. Su nombre secular es Robert Francis Prevost, y su historia personal se ha convertido en un símbolo de apertura cultural y cercanía con las distintas regiones del mundo, especialmente América Latina.
El nuevo Papa ofreció un emotivo primer discurso en el que habló en español, ganándose rápidamente el afecto de los fieles hispanohablantes. Este gesto no solo evidenció su capacidad de comunicación multilingüe, sino que también mostró un profundo respeto por los pueblos que ha servido a lo largo de su vida como misionero. Su historia, que combina estudios superiores en diversas disciplinas y una experiencia pastoral en múltiples países, lo presenta como un pontífice con una visión global, capaz de dialogar con comunidades diversas desde la comprensión lingüística y cultural.
Educación más allá del clero
Aunque tradicionalmente se espera que los líderes religiosos tengan una formación centrada en la filosofía y la teología, el caso de Robert Prevost destaca por su enfoque interdisciplinario. Antes de entrar al seminario, obtuvo una licenciatura en Ciencias Matemáticas en la Universidad de Villanova, en Estados Unidos. Este dato no es menor: demuestra una formación rigurosa en el pensamiento lógico y analítico, habilidades que hoy se consideran fundamentales también en el ámbito eclesial.
Posteriormente, cursó una maestría en Divinidad en la Catholic Theological Union, también en Chicago. Este título es común entre los ministros religiosos en Estados Unidos, ya que integra estudios teológicos con preparación pastoral. No obstante, su perfil internacional y su vocación misionera lo llevaron más allá de su país natal: se trasladó a Perú, donde desarrolló una parte fundamental de su carrera eclesiástica.
Durante su etapa en Roma, Prevost profundizó aún más en su preparación. Obtuvo una licenciatura y un doctorado en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino. Este campo del conocimiento es esencial dentro del Vaticano, ya que regula las estructuras jurídicas de la Iglesia Católica. Su dominio del Derecho Canónico le permitió ocupar cargos administrativos clave, lo cual también preparó el camino hacia su elección como Papa.
Este amplio recorrido académico no solo subraya su compromiso con el conocimiento, sino que también explica su facilidad para desenvolverse en contextos multiculturales, donde el lenguaje y el entendimiento normativo juegan un papel clave en la diplomacia y la dirección espiritual.
Cuatro idiomas y cercanía global
La capacidad del Papa León XIV para comunicarse en cuatro idiomas no es un dato anecdótico, sino una cualidad estratégica que potencia su misión pastoral. Su lengua materna es el inglés, pero ha demostrado un dominio excepcional del español, aprendido durante los años que residió y sirvió como obispo en Perú, específicamente en la diócesis de Chiclayo. Esta experiencia lo marcó profundamente, como quedó demostrado en sus primeras palabras como pontífice.
Durante su primer mensaje desde el balcón de la basílica de San Pedro, sorprendió al dedicar unas palabras en español a su antigua diócesis: “A todos aquellos, en modo particular, a mi querida diócesis de Chiclayo en el Perú”. Luego añadió que ese pueblo “fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto para seguir siendo iglesia fiel de Jesucristo”.
Este gesto fue recibido con una ovación inmediata por parte de los miles de fieles presentes en la plaza de San Pedro, muchos de ellos provenientes de América Latina. No solo fue un acto emotivo, sino también un mensaje claro de inclusión y cercanía con las comunidades hispanohablantes.
Además del inglés y el español, el nuevo Papa también habla francés y portugués, lo cual le permite ampliar aún más su capacidad de interlocución. El francés es uno de los idiomas diplomáticos tradicionales de la Iglesia, mientras que el portugués le permite acercarse a Brasil, uno de los países con más católicos en el mundo.
El idioma como criterio de elección
Si bien no existe una regla formal que obligue a los cardenales a hablar múltiples idiomas para ser elegibles como Papa, la multilingüidad se ha vuelto una característica muy valorada dentro del Vaticano. En la práctica, la mayoría de los cardenales dominan al menos tres lenguas, siendo el italiano el idioma predominante en la administración vaticana y el día a día del clero en Roma.
En el caso de León XIV, su habilidad lingüística lo distingue aún más. No solo es un requisito funcional, sino también una herramienta de evangelización y comunicación directa con los fieles. La Iglesia Católica es una institución global que abarca culturas, lenguas y tradiciones diversas. En este sentido, un Papa que hable varias lenguas está mejor preparado para conectar con millones de personas, sin necesidad de intérpretes.
Asimismo, en un mundo interconectado, donde la palabra del Papa llega en tiempo real a todos los rincones del planeta, la capacidad de hablar directamente a los fieles en su idioma nativo fortalece la autoridad moral del pontífice. Y en el caso específico de América Latina, región con más de 400 millones de católicos, el dominio del español por parte de León XIV puede convertirse en un canal privilegiado para consolidar su liderazgo.
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