Samuel García y Mariana Rodríguez desataron polémica al publicar un video donde muestran el clóset con los zapatos de Mariel, una niña de apenas 2 años que ya cuenta con más de 120 pares.
La grabación, que circuló rápidamente en redes sociales y en plataformas como YouTube, despertó una ola de críticas ciudadanas por la clara exhibición de lujos en un estado que aún batalla con problemas como la falta de agua, transporte público deficiente, inseguridad y deudas millonarias.
En el video se aprecia cómo Samuel, con tono juguetón, hace preguntas a Mariel sobre el contenido del clóset: “¿Quién ordenó todo esto?”, dice mientras observa los zapatos perfectamente acomodados. “Oye, tienes más zapatos que mamá, y a mí no me compran ni unos tenis, ¿por qué?”, se escucha bromear al Gobernador mientras Mariana sostiene a su hija en brazos.
La escena que pretendía ser un momento familiar y cercano terminó convirtiéndose en un detonante de indignación colectiva. Las imágenes recordaron inevitablemente a muchos usuarios el famoso clóset de Imelda Marcos, la ex Primera Dama de Filipinas, que se volvió símbolo del exceso y la opulencia cuando se descubrieron miles de zapatos tras la caída de su esposo, el dictador Ferdinand Marcos, en 1986.
El Gobernador @samuel_garcias y Mariana Rodríguez presumen el clóset de su hija mayor #Mariel, con más de 110 pares de zapatos y cientos de prendas de ropa.#ElNorteLocal
— elnortelocal (@elnortelocal) July 3, 2025
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Reacciones en redes y comparaciones históricas
Las críticas no tardaron en aparecer. Ciudadanos y usuarios en redes sociales señalaron que el gesto de Samuel y Mariana evidencia una profunda desconexión con la realidad. Mientras miles de familias apenas logran cubrir los gastos básicos, la pareja comparte sin reservas un vistazo a la vida de lujos que llevan, financiada en gran parte por el poder y la proyección pública.
“Me hace recordar a Imelda Marcos. Soberbia”, comentó una usuaria identificada como Lulú en el portal elnorte.com. Otros señalaron que este tipo de publicaciones son un insulto a quienes viven día a día con ingresos precarios y que luchan por sostener a sus familias en un estado donde la desigualdad persiste.
El hecho de que el propio Gobernador haya grabado y compartido el contenido revela una estrategia de comunicación que, para muchos, termina siendo contraproducente. La intención de mostrar cercanía y un supuesto ambiente “familiar” se diluyó ante la clara ostentación.
Además, el uso de una empresa especializada para organizar el clóset, llamada “El Orden de las Cosas”, con sede en la Plaza Arboleda en San Pedro, alimentó aún más la percepción de frivolidad. Para muchos ciudadanos, contratar un servicio de este tipo resulta inalcanzable, y la sola idea de utilizar recursos para ordenar la ropa y zapatos de Mariel parece una burla.
La explicación de Mariana Rodríguez sobre los zapatos de Mariel
Ante la presión y los señalamientos, Mariana Rodríguez publicó un video aclaratorio en el que aseguró que la mayoría de los zapatos y ropa de Mariel son regalos que ella recibe por parte de diferentes marcas debido a su trabajo como influencer.
“No se los he comprado a Mariel”, afirmó Mariana. “Todo ha sido de gente que nos regala y que a mí me gusta conservar. No queremos que se dé a entender algo que no es”.
Sin embargo, lejos de calmar las críticas, la explicación provocó aún más cuestionamientos. Usuarios señalaron que, aunque sean obsequios, la exhibición sigue siendo innecesaria y demuestra poca empatía hacia la situación económica que atraviesan muchas familias en Nuevo León y en México en general.
La aclaración también abrió el debate sobre la línea que separa la vida privada de los funcionarios públicos y el manejo de la imagen personal cuando se está en un cargo de alta responsabilidad.
El costo político de los zapatos de Mariel
La exhibición del clóset de Mariel llega en un momento complejo para el estado. Nuevo León se encuentra inmerso en discusiones sobre el manejo de recursos públicos, los problemas en la movilidad urbana, el incremento en las tarifas de servicios básicos y la deuda estatal.
Mientras tanto, la imagen del Gobernador y su esposa continúa siendo objeto de análisis y debate. Aunque Samuel García ha buscado consolidar una identidad de líder joven, cercano y “moderno”, los constantes episodios de exposición de lujos personales terminan erosionando esa narrativa y fortaleciendo la percepción de un gobierno alejado de las verdaderas prioridades sociales.
Muchos analistas coinciden en que el costo político de estas publicaciones es alto. No solo afectan la credibilidad y confianza en el Gobernador y en Mariana, sino que refuerzan la narrativa de que el gobierno actual prioriza la imagen y el espectáculo por encima de las necesidades reales de la población.
Este episodio recuerda que en el ámbito político, cada detalle cuenta. Las redes sociales pueden acercar a los ciudadanos, pero también pueden exhibir los privilegios y la distancia que existe entre las autoridades y quienes deberían servir.
La pregunta que surge tras este escándalo es si la pareja aprenderá de las críticas o si continuará alimentando una imagen basada en el lujo y el marketing personal. La ciudadanía, cada vez más atenta y exigente, no olvida fácilmente cuando se siente ignorada o burlada.
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