El gobernador de Nuevo León, Samuel García, ha tomado la controvertida decisión de no asistir al Congreso local para rendir su Tercer Informe de Gobierno. En lugar de comparecer ante los diputados, optó por enviar a un representante, lo que ha generado una serie de críticas y cuestionamientos sobre su compromiso con la legalidad y con los ciudadanos. La ausencia del mandatario se da en un contexto donde el Congreso espera que él cumpla con su obligación constitucional de presentar este informe ante los legisladores.
García tiene programado un evento oficial en el municipio de Ciénega de Flores, donde participará en la colocación de la primera piedra de una nueva planta de la empresa automotriz Volvo. Este acto, que se llevará a cabo de 10:00 a 12:00 horas, coincide con la fecha establecida para la sesión en el Congreso. Según su versión, el gobernador prefiere llevar su mensaje directamente a las comunidades alejadas de la Zona Metropolitana, argumentando que el recinto legislativo no tiene la capacidad para recibir a un público amplio, ya que, según él, “no caben ni 100 personas”.
Samuel García prefiere eventos en lugar de comparecencias
La elección del gobernador de no rendir su informe ante el Congreso ha suscitado reacciones negativas, especialmente entre los legisladores, quienes enfatizan que su ausencia representa una falta de respeto a la institución y a la ciudadanía que los elige. La presidenta de la Mesa Directiva del Congreso, Lorena de la Garza, fue clara en señalar que, de acuerdo con la Constitución, Samuel García debería presentar su informe en el recinto legislativo si realmente desea fortalecer su relación con los diputados.
De la Garza expresó que el gobernante tiene la obligación de rendir cuentas, especialmente después de su declaración sobre su deseo de mantener una nueva relación con el Congreso. “Si el gobernador quiere tener una nueva relación con el Congreso local, debería empezar por respetar la Constitución y presentarse aquí”, mencionó.
La presidenta del Congreso argumentó que este tipo de acciones no solo debilitan la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo, sino que también afectan la percepción pública sobre la transparencia y la rendición de cuentas del gobierno estatal. La crítica se centra en la idea de que un informe de gobierno no debería ser solo un evento protocolario para buscar aplausos, sino un espacio para la evaluación crítica y el diálogo con los representantes de la ciudadanía.
Críticas a la falta de compromiso
La decisión del gobernador de evitar el Congreso ha generado escepticismo y desconfianza entre los ciudadanos. Muchos se preguntan si realmente está comprometido con las necesidades de la población, ya que una de las principales funciones del gobierno es la rendición de cuentas. La ausencia de García en un momento tan crucial ha llevado a la especulación sobre su intención de comunicarse efectivamente con las comunidades que realmente necesitan atención.
La dinámica de preferir eventos en municipios lejanos a una presentación formal en el Congreso plantea dudas sobre la estrategia de comunicación del gobernador. Aunque García argumenta que su administración busca “romper el esquema” tradicional, su falta de presencia en el recinto legislativo podría interpretarse como una falta de interés en abordar las preocupaciones que afectan a la población en su conjunto.