La trata de personas en Nuevo León, aunque muestra una aparente disminución desde 2021, sigue siendo un problema controvertido. Para algunos colectivos, las estadísticas oficiales que reportan una baja del 91.2% en los últimos cuatro años reflejan cifras manipuladas y poco fiables.
En 2021, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública registró 91 casos, los cuales se redujeron a 74 en 2022 y a solo 22 en 2023. Hasta septiembre de este año, solo se reportaron ocho casos, lo que plantea dudas sobre la precisión de los datos.
Luz María Ortiz Quintos, de la organización Asfamilia, sostiene que los números oficiales son engañosos. Según Ortiz, la falta de confianza en las autoridades disuade a muchas víctimas de denunciar, lo que provoca que el fenómeno real no se refleje en las estadísticas. Ortiz señala que la trata es una realidad persistente que abarca tanto el rapto de personas para explotación sexual y laboral como el tráfico de órganos.
El problema de la trata en la región es profundo, involucra tanto a actores locales como internacionales y es más complejo de lo que las cifras reflejan. La explotación sexual, los trabajos forzados y la servidumbre doméstica son solo algunas de las formas en que se presenta este crimen, que continúa cobrando víctimas de ambos sexos y de todas las edades.
Cifras Oficiales de Trata de Personas Despiertan Críticas de Colectivos
Desde el 2021, los registros de trata de personas han mostrado un descenso que contrasta con la percepción pública y las denuncias de colectivos ciudadanos. En palabras de Ortiz Quintos, la supuesta disminución se debe en parte a la falta de denuncias y a las limitaciones en la recolección de datos verídicos. “Siento que son números maquillados”, afirma, haciendo eco de la desconfianza en la información gubernamental.
Para entender la complejidad del problema, Ortiz puntualiza que muchas víctimas son trasladadas a otros estados o países, especialmente los menores, quienes, según sus denuncias, pueden ser explotados para redes de pornografía o tráfico de órganos. Estos casos, afirma, rara vez son reportados en su totalidad debido al miedo a represalias y a la percepción de impunidad.
La desconfianza hacia las autoridades, sumada a la naturaleza clandestina de este delito, contribuye a la falta de reportes. Según cifras internacionales, las mujeres y los niños representan la mayoría de las víctimas a nivel global. Esto indica que la trata de personas sigue siendo un problema extendido y poco visibilizado, en el cual las cifras oficiales no necesariamente capturan la magnitud de la situación.
Leyes y Limitaciones en Nuevo León
Nuevo León cuenta con la Ley para Prevenir, Atender, Combatir y Erradicar la Trata de Personas, que fue reformada en 2023. Esta ley establece principios como la dignidad humana, la perspectiva de género y el interés superior del menor, buscando guiar las acciones de las autoridades al abordar estos casos. Sin embargo, los críticos señalan que estos esfuerzos son insuficientes y que las estadísticas no reflejan la realidad de la situación en la región.
La diputada local Sandra Pámanes ha resaltado la importancia de fortalecer las investigaciones y el rescate de víctimas. Para Pámanes, el reciente rescate de un menor secuestrado en Nuevo León es un ejemplo de lo que las autoridades podrían lograr si priorizaran este tema. Sin embargo, los colectivos y activistas insisten en que se necesita una mayor transparencia y un enfoque preventivo que permita frenar este delito antes de que ocurran nuevos casos.
Ana María Esquivel, directora del Consejo Ciudadano de Seguridad de Nuevo León, considera que es vital contar con datos más detallados sobre las desapariciones. “No tenemos el contexto de las desapariciones”, señala, refiriéndose a la necesidad de investigar si algunas de estas desapariciones están relacionadas con la trata. Según Esquivel, identificar patrones podría ayudar a comprender mejor el fenómeno y a diseñar estrategias de prevención efectivas.
La Trata de Personas Es un Problema Vinculado a la Violencia
La trata de personas abarca diferentes tipos de explotación, desde la sexual hasta el tráfico de órganos, lo que complica la tarea de identificar patrones únicos. La ONU destaca que no existe un perfil claro de las víctimas, y las estadísticas varían enormemente entre las regiones. Esto genera un desafío para los gobiernos, que necesitan ampliar sus estrategias para atacar cada forma de trata de manera integral.