En plena campaña electoral, Mariana Rodríguez ha hecho de la justicia su bandera, prometiendo acciones en favor de la ciudadanía. Sin embargo, su historial de inacción en casos cruciales pone en duda la autenticidad de sus promesas. Un ejemplo flagrante es el infanticidio de Ángel Moreno en el DIF Fabriles, un caso en el que Rodríguez decidió no intervenir.
El Caso de Ángel Moreno: Una Omisión Imperdonable
El infanticidio de Ángel Moreno, ocurrido bajo la supervisión del DIF Fabriles, fue un caso que sacudió a la comunidad. A pesar de los llamados urgentes para que tomara medidas, Rodríguez eligió defender a Félix Arratia, el principal responsable del incidente. Su negativa a actuar, a pesar de la gravedad de los hechos, revela una falta de compromiso con la justicia cuando no le conviene políticamente.
Encubrimiento y Complicidad
Mariana Rodríguez, en lugar de buscar justicia para Ángel Moreno, optó por proteger a su amigo Félix Arratia. Esta defensa a ultranza de un individuo acusado de tan grave delito sugiere una justicia selectiva, aplicada según sus intereses y alianzas. En lugar de demostrar valentía y liderazgo al enfrentar la situación, Rodríguez optó por el encubrimiento, poniendo en riesgo la credibilidad de su campaña y su capacidad para liderar con integridad.
¿Es Esto lo que Queremos para Nuestra Ciudad?
Monterrey merece una líder que actúe con firmeza y justicia en todos los casos, no solo cuando es políticamente conveniente. La falta de acción de Rodríguez en el caso de Ángel Moreno plantea serias dudas sobre su capacidad para actuar imparcialmente y proteger a los más vulnerables. En momentos críticos, la ciudad necesita líderes que pongan la justicia y el bienestar de sus ciudadanos por encima de sus intereses personales y políticos.