Gris Tormenta se presenta como un taller editorial con un enfoque distinto. Desde su inicio, buscó un lugar en un panorama saturado de libros y propuestas. No lo hicieron con fórmulas conocidas, sino explorando un espacio donde el ensayo literario fuera el protagonista.
Los fundadores, Mauricio Sánchez y Jacobo Zanella, no quisieron simplemente añadir títulos a un mercado editorial lleno. Su meta fue abrir caminos nuevos. Pensaron en qué faltaba, en qué podía conectar de otra forma con lectores y escritores. Así nació la idea de experimentar con el libro como objeto, como memoria y como posibilidad.
La editorial se define como un espacio que piensa en la lectura y en la escritura a la par. Cada publicación es un cruce entre géneros, autores y lenguas. Lo que se busca es provocar una lectura diferente, una que obligue a detenerse y reflexionar. Ese es su sello: libros que no pasan desapercibidos.
Gris Tormenta Y Su Primera Colección
El primer paso fue Disertaciones, una colección pensada como una conversación entre autores. La idea era simple pero ambiciosa: pedir a escritores que trabajaran un tema en forma de ensayo literario. Así, el resultado se convirtió en un coro de voces diversas que abordaban preguntas comunes.
Uno de los primeros libros giró en torno a la cuestión “Por qué escribo”. Se trató de un homenaje directo a George Perec, un autor que inspira gran parte de la propuesta editorial. La colección no se quedó en lo autorreferencial. Pasó a proyectos más amplios como Lo infraordinario, también inspirado en Perec, donde se reflexiona sobre lo cotidiano y lo que parece invisible.
Luego apareció La lengua es un lugar, que reunió autores con experiencias cruzadas entre idiomas. Aquí entraron nombres como Cristina Rivera Garza o Jhumpa Lahiri. El tiempo tampoco fue límite: Eugène Ionesco, fallecido en 1994, tuvo un espacio en esa antología. Así, la colección mostró que las fronteras de la lengua y de la época no son un obstáculo.
Cada libro se convirtió en un puente entre culturas y experiencias. El lector podía saltar de una reflexión íntima a una historia marcada por la migración o el cambio de idioma. Gris Tormenta dejó claro que el ensayo podía abrir espacios nuevos y frescos.
La Colección Editor Y Sus Impactos
Después llegó la colección Editor. Como su nombre indica, se centró en las experiencias de quienes dan forma a los libros. No se trató solo de publicar autores, sino de mostrar las voces de quienes trabajan entre bambalinas. La recepción fue inmediata: había sed de conocer estas historias.
En esta serie aparecieron textos de gran peso. Thomas Bernhard compartió las dificultades de un oficio siempre precario. Mario Muchnik relató su obsesión con traducir un clásico como Guerra y paz. Y Jhumpa Lahiri mostró cómo sus libros cambian según las portadas que reciben en distintas traducciones.
La colección no se construyó de manuscritos inéditos. Fue más bien un ejercicio de recuperación. Los editores de Gris Tormenta buscaron materiales ya existentes, a veces olvidados o en otros idiomas. Los volvieron a poner en circulación con un marco renovado. Ese trabajo, parecido a una labor de minería, resultó en títulos sobrios, discretos pero de gran impacto.
La serie dejó ver que los editores también son narradores. Cada texto expuso lo que ocurre detrás de un libro: las dudas, las obsesiones y las alegrías. Se trató de abrir una puerta a un mundo pocas veces contado.

La Colección Paisaje Interior Y Sus Poéticas
Más adelante nació Paisaje interior. Fue un paso natural después de hablar de escritores y editores. Aquí la idea era explorar las poéticas de la escritura, los rastros que dejan los autores cuando piensan o escriben.
El libro de arranque fue Última carta a un lector de Gerald Murnane. Él decidió releer toda su obra en un año y escribir informes sobre lo encontrado. El resultado fue un mapa de su vida y de su escritura. Una especie de diálogo con su memoria que recordaba a las teorías de Aby Warburg sobre cómo funciona el pensamiento.
Esta colección buscó mostrar cómo la escritura y la vida se entrelazan. Cada título abrió un paisaje nuevo. Invitó a pensar en cómo los autores entienden su oficio, incluso sin proponérselo. Y eso dio a los lectores un terreno fértil de reflexiones íntimas.
La propuesta no fue un manual de escritura. Fue más bien una serie de espejos donde se ve reflejado el oficio desde distintas perspectivas. Se trató de mostrar las formas, intencionales o no, en las que los escritores piensan su arte.
Cómo Gris Tormenta Reinventa El Ensayo Literario
El catálogo completo de Gris Tormenta se rige por un mismo criterio. La idea es que los libros convivan entre sí, que uno lleve al otro como buen vecino. No se trata de títulos aislados, sino de un conjunto que forma un paisaje literario.
En cada colección, los autores no solo escriben textos. Plantan ideas que prometen crecer y crear sombras útiles en el futuro. Esas sombras ayudan a pensar en los dilemas actuales, a mirar la contradicción de la vida contemporánea.
Así, Gris Tormenta se consolidó como un taller en movimiento. Cada libro es una búsqueda, una falla encontrada, una nueva forma de experimentar. Y el ensayo literario se convirtió en el terreno ideal para ese propósito.
Octavo Aniversario Con Descuento Especial
Por su octavo aniversario, Gris Tormenta decidió celebrar con sus lectores de una manera directa. La editorial ofrecerá un descuento del 35% en toda su tienda en línea el martes 19 de agosto, además de envío gratis a toda la República Mexicana.
Este gesto busca acercar aún más sus colecciones a nuevos públicos. También refuerza la idea de que su proyecto editorial se sostiene gracias a la comunidad que ha construido en torno al ensayo literario.
La promoción es una invitación para descubrir sus colecciones y sumarse al diálogo que cada libro propone. Ya sea desde Disertaciones, Editor o Paisaje interior, los títulos forman parte de un catálogo que se ha ganado un lugar especial en el panorama literario.
Array