Desde su ascenso al cargo de gobernador de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda ha contado con el respaldo crucial de los grandes empresarios de Monterrey, conocidos como el “Grupo de los 10” o “Grupo Monterrey”. Este apoyo fue determinante para su llegada al poder y su posterior consolidación en el ámbito político estatal. Sin embargo, recientemente, este respaldo ha disminuido drásticamente.
Extorsiones y Descontento Empresarial
Las acusaciones de corrupción y prácticas de extorsión han empañado la gestión de Samuel García. Empresarios de la región han alzado la voz, denunciando presiones financieras por parte de funcionarios cercanos al gobernador, en particular, Miguel Ángel Flores Serna, jefe de la Oficina de Gobernador. Estas presuntas extorsiones, realizadas en nombre de García, han generado un clima de desconfianza y malestar entre la comunidad empresarial.
Golpe Crucial a Samuel: Control de la UIFE
Uno de los golpes más significativos a la administración de García ha sido la pérdida del control sobre la Unidad de Inteligencia Financiera y Económica (UIFE). Esta unidad, antes bajo el dominio del gobierno estatal, era utilizada como una herramienta clave en presuntas prácticas de extorsión. Sin embargo, tras un intenso cabildeo, la UIFE fue transferida a la Fiscalía General de Justicia del estado, privando a García de un instrumento crucial para su presunto esquema de corrupción.
Escándalos y Desvinculaciones Políticas
Los escándalos que rodean a Samuel García no solo amenazan su posición como gobernador, sino también la estabilidad del partido que lidera, Movimiento Ciudadano (MC), por encima de su líder, Dante Delgado. Figuras políticas como Luis Donaldo Colosio y Enrique Alfaro han tomado distancia de García, criticando sus acciones y declaraciones. Este distanciamiento refleja una creciente desconfianza y descontento hacia el gobernador y su gestión.