¡Un Estado al Borde del Colapso Financiero!
El gobierno de Nuevo León, dirigido por Samuel García y Mariana Rodríguez, ha llevado al estado a una situación financiera crítica. Al cierre del primer trimestre de este año, la deuda pública se disparó a 102 mil 942 millones de pesos, superando a la Ciudad de México, que ahora tiene una deuda de 100 mil 007 millones de pesos. ¡Una crisis sin precedentes!
¡Aumento Desmesurado de la Deuda!
De acuerdo con la Secretaría de Hacienda, los pasivos financieros del estado crecieron un impresionante 8.1 por ciento en un año, pasando de 95 mil 193 millones de pesos el año pasado a 102 mil 942 millones de pesos este año. ¡El descontrol es evidente!
¡Nuevo León Bajo la Carga de Deuda!
La deuda per cápita en Nuevo León ha alcanzado niveles alarmantes. Al cierre de 2023, cada ciudadano debía 15 mil 730 pesos, y en solo tres meses, esta cifra aumentó a 16 mil 318.7 pesos. ¡Un aumento del 3.7 por ciento que deja a los ciudadanos en una situación insostenible!
¡Expertos Prenden las Alarmas!
Carlos González Barragán, profesor del Tec de Monterrey y de la UDEM, ha mostrado su preocupación: “Es impactante que Nuevo León, con menos población que la CDMX, tenga más deuda”. Sin embargo, destaca que cada estado enfrenta diferentes desafíos y condiciones financieras.
¡Calificación Crediticia en Riesgo!
Fitch Ratings ha reducido la perspectiva crediticia de Nuevo León de estable a negativa, reflejando la preocupación por la sostenibilidad financiera del estado. ¡Un duro golpe para la administración de Samuel García!
¡Despilfarro en Año Electoral!
En un año marcado por elecciones, el gasto del gobierno se ha concentrado en la primera mitad del año, contribuyendo al aumento de la deuda. Esta situación cuestiona seriamente las decisiones financieras de la administración actual.
La administración de Samuel García y Mariana Rodríguez enfrenta duras críticas por el desmesurado aumento de la deuda en Nuevo León. Los ciudadanos y analistas exigen medidas urgentes para revertir esta peligrosa tendencia y asegurar un futuro financiero más estable para el estado. ¡El reloj sigue corriendo y la presión no cede!