El gobierno mexicano, a través de Marcelo Ebrard, ha anunciado que impondrá nuevos aranceles de hasta el 50% a productos provenientes de Asia, entre ellos los vehículos eléctricos fabricados en China. Esta decisión forma parte de un conjunto de medidas que buscan proteger la industria nacional ante prácticas comerciales desleales como el dumping. La palabra clave para esta nota será aranceles, ya que es el eje de la discusión comercial actual entre México y varios países asiáticos.
Durante una rueda de prensa reciente, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, informó que esta propuesta será presentada ante el Congreso como parte del denominado “Plan México”. El enfoque será incrementar aranceles a productos de países con los que México no tiene tratados comerciales, como China, Corea del Sur, India, Indonesia, Rusia, Tailandia y Turquía.
El anuncio se da en un contexto en el que el gobierno mexicano busca equilibrar su política económica, protegiendo a los sectores nacionales frente a la creciente presencia de productos importados a bajos precios. Según Ebrard, algunos de estos productos ya cuentan con aranceles, pero se buscará elevarlos al límite permitido por la Organización Mundial del Comercio, es decir, hasta un 50%.
Aranceles A Productos Asiáticos, según Ebrard
La propuesta que impulsa el gobierno de México en el Congreso pretende establecer una nueva barrera comercial para productos provenientes de países con los que no se tiene un acuerdo comercial vigente. Esto incluye una gama de artículos entre los que destacan textiles, productos electrónicos, maquinaria, autopartes y, de manera destacada, vehículos eléctricos fabricados en China.
De acuerdo con Ebrard, el objetivo principal de estos aranceles es hacer frente a prácticas de dumping, una estrategia comercial en la que los productos son vendidos en mercados extranjeros a precios inferiores a los del mercado local o incluso por debajo de su costo de producción. Esta práctica, explicó el funcionario, pone en desventaja a las empresas mexicanas que no pueden competir con esos precios artificialmente bajos.
La medida busca equilibrar el terreno para los productores nacionales, incentivando la compra de bienes hechos en México y reduciendo la dependencia de importaciones baratas que han saturado el mercado. El gobierno ha enfatizado que estos aranceles no se aplicarán a países con los que México tiene tratados comerciales, como Estados Unidos, Canadá o miembros de la Unión Europea, en cumplimiento con las normas internacionales.
Relación Con Estados Unidos
El anuncio de aranceles a productos chinos se da apenas un día después de que Claudia Sheinbaum, presidenta de México, sostuviera una reunión con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, en la que uno de los temas centrales fue la política comercial de América del Norte.
Aunque el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) continúa vigente, la administración de Donald Trump ha impuesto aranceles a ciertos productos mexicanos que no están contemplados en el acuerdo. Esta situación ha generado inquietudes dentro del gobierno mexicano, que ahora busca una postura más firme y equilibrada para proteger sus intereses económicos sin romper los compromisos asumidos con sus principales socios comerciales.
En ese sentido, Sheinbaum subrayó que la imposición de estos nuevos aranceles no es una represalia ni una estrategia proteccionista, sino una medida legítima dentro del marco de la OMC para responder a condiciones de competencia desleal. Además, indicó que esta decisión no ha sido improvisada, sino que forma parte del Plan México impulsado desde que su administración asumió el poder.
Textiles, Tecnología Y Otros Sectores
Los aranceles a productos chinos y de otras naciones asiáticas no se limitan a los automóviles eléctricos. En diciembre del año pasado, el gobierno de Sheinbaum ya había tomado una decisión similar al imponer aranceles a productos textiles importados de países sin tratados comerciales con México. La decisión se tomó tras un análisis de cómo estas importaciones afectaban negativamente a la producción nacional y ponían en riesgo miles de empleos en la industria del vestido y confección.
Ahora, con esta nueva iniciativa, el gobierno busca ampliar la protección a otros sectores clave, incluyendo el de tecnología, maquinaria industrial, herramientas eléctricas, plásticos, químicos y electrodomésticos. Estos sectores han sido altamente vulnerables al ingreso de mercancías de bajo costo y baja calidad, lo que no solo afecta a los fabricantes mexicanos, sino también al consumidor final, quien a menudo recibe productos con menor durabilidad o sin garantías adecuadas.
Además, el gobierno considera que el fortalecimiento del mercado interno pasa por reducir la dependencia de productos que no generan valor agregado ni desarrollo local, y al mismo tiempo fomentar la inversión y producción nacional.
Reacciones Y Expectativas del anuncio Ebrard
La propuesta de nuevos aranceles ha generado reacciones encontradas. Por un lado, sectores industriales nacionales han expresado su respaldo a la medida, pues la consideran necesaria para garantizar condiciones de competencia justa. Cámaras empresariales han aplaudido el enfoque del gobierno, aunque también han solicitado que se les incluya en el análisis para determinar qué productos deben ser gravados.
Por otro lado, algunos analistas y organismos internacionales han advertido sobre los riesgos que podría tener esta política comercial en el mediano plazo. Señalan que un incremento arancelario podría desatar represalias de parte de los países afectados, especialmente de China, y con ello deteriorar las relaciones diplomáticas o frenar el comercio bilateral.
Asimismo, algunos economistas han indicado que si bien los aranceles pueden ayudar a ciertos sectores, también podrían provocar un alza de precios para el consumidor final, especialmente en productos donde México no tiene capacidad de producción suficiente para cubrir la demanda interna.
A pesar de estas advertencias, el gobierno ha reiterado que la medida será selectiva, estratégica y limitada solo a productos que amenacen directamente a la industria nacional. Además, aseguran que se tomarán en cuenta los impactos macroeconómicos antes de poner en marcha la política.
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