El sonido del saxofón de Rogelio Fusté se convirtió en parte esencial del ambiente durante el Día de Muertos, llenando de nostalgia y calidez el panteón Dolores en Monterrey. Cada año, el músico cubano comparte sus melodías entre tumbas adornadas con flores, velas y fotografías, ofreciendo un homenaje lleno de vida a quienes ya partieron.

Música En Vivo El Día De Muertos Para Honrar A Los Difuntos
En medio de la conmemoración del Día de Muertos, las notas del saxofón de Rogelio Fusté resuenan suavemente entre los pasillos del panteón Dolores. Las familias detienen su andar para escuchar las melodías románticas y de jazz que acompañan el recuerdo de sus seres queridos.
Fusté, músico independiente y originario de Cuba, ha hecho de Monterrey su hogar desde hace más de 25 años. Desde hace cinco, acude cada 2 de noviembre a este camposanto para ofrecer su música en vivo, transformando el silencio en un momento de consuelo. Para él, esta tradición mexicana representa una forma distinta y hermosa de mantener viva la memoria.
“Vengo a compartir mi música y a acompañar a las familias que vienen a recordar. Mi padre falleció hace cuatro años y desde aquí también le rindo homenaje”, expresó el músico, quien además de saxofonista, es clarinetista y flautista.
El público lo recibe con respeto y gratitud. Algunas personas se acercan a agradecerle por su gesto, mientras otras simplemente escuchan, dejando que la música hable por ellas en medio de la conmemoración.
Un Legado Musical Que Cruza Fronteras
Fusté cuenta que la primera vez que presenció la celebración del Día de Muertos quedó sorprendido por su colorido y su alegría. A diferencia de su país natal, donde no se celebra esta fecha, encontró en México una expresión única de amor y respeto hacia quienes ya no están.
“Me pareció algo tan alegre, tan lleno de vida. Es una enseñanza cultural que debemos transmitir a las nuevas generaciones”, comentó.
Durante la jornada, el músico recorre el panteón Dolores acompañado por trabajadores del lugar, quienes ya lo reconocen como parte de la celebración. Cada año, esperan su llegada para escuchar las melodías que mezclan tristeza y esperanza, y que han convertido su presencia en una costumbre esperada por muchas familias regias.
Su historia también refleja cómo las tradiciones mexicanas pueden abrazar a quienes vienen de otras culturas. Con humildad, afirma sentirse parte de la comunidad regiomontana. “Soy cubano, pero después de tantos años me siento todo un mexicano. Amo la música, amo la cultura y amo Monterrey”, compartió emocionado.

El Panteón Dolores Se Llena De Vida Cada Día De Muertos
El panteón Dolores se transformó durante la conmemoración del Día de Muertos. Las tumbas se cubrieron con flores de cempasúchil, velas encendidas y fotografías familiares, mientras el ambiente se llenaba del sonido del saxofón que viajaba entre las lápidas.
Las familias llegaban desde temprano con sus ofrendas y recuerdos. Algunos visitantes, al escuchar las melodías de Fusté, se detenían unos minutos para disfrutar de la música en vivo, mientras otros aprovechaban para limpiar las tumbas o compartir comida en honor a sus difuntos.
El músico asegura que su objetivo es acompañar a las personas en este momento tan especial, y hacerlo con respeto y sensibilidad. “La música es una manera de conectar con los sentimientos. Aquí no solo toco para los muertos, sino para los vivos que los recuerdan”, comentó.
El contraste entre la tristeza y la celebración es parte del encanto del Día de Muertos. En el panteón Dolores, los sonidos del saxofón se mezclan con las risas de los niños, los rezos de los adultos y el murmullo de los visitantes. Es un homenaje que une generaciones y culturas, recordando que la muerte, en México, también se celebra con vida.

			




							






