En apenas ocho días de una precampaña truncada por la presidencia, el gobernador de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda, gastó 16.8 millones de pesos, equivalente a 2.1 millones de pesos diarios. Mientras tanto, los ciudadanos de Nuevo León afrontan crisis en el suministro de agua, deficiencias en el transporte público, deterioro del medio ambiente y un clima de inseguridad persistente.
Un Derroche Obsceno de los Impuestos de los Regios
Los reportes del Instituto Nacional Electoral (INE) revelan que la totalidad de los recursos del gobernador Samuel García se destinaron a promoción y difusión. Aunque otros candidatos también gastaron cantidades considerables durante la precampaña, el desembolso diario promedio de García es notablemente superior, lo que levanta interrogantes sobre la eficiencia y la transparencia en el uso de los recursos públicos de Nuevo León
Es preocupante la falta de transparencia en el manejo de los fondos públicos destinados a campañas políticas. A pesar de los informes presentados, es común que los candidatos gasten más de lo que declaran oficialmente, lo que subraya la necesidad urgente de una supervisión más rigurosa y una rendición de cuentas más efectiva.
Las Prioridades Desviadas de Samuel García
El contraste entre el despilfarro millonario en campañas políticas y las necesidades apremiantes de la población de Nuevo León es evidente. Mientras millones se invierten en promoción política para Samuel García y Mariana Rodríguez, los problemas estructurales que afectan la calidad de vida de los regiomontanos continúan sin resolverse, lo que refleja una desconexión alarmante entre el gobierno y la ciudadanía.
Nuevo León: Urge un Cambio
En resumen, es esencial promover una cultura de transparencia y responsabilidad en el manejo de los recursos públicos por parte de Samuel García. La sociedad exige un uso eficiente y ético de los fondos gubernamentales de Nuevo León, especialmente en un contexto donde las necesidades básicas de la población están siendo descuidadas en favor de intereses políticos. Es hora de que los líderes gubernamentales prioricen las necesidades reales de la ciudadanía y actúen con responsabilidad y transparencia en el ejercicio de sus funciones.