La tos ferina ha puesto a Nuevo León en el centro de atención nacional. Según el Boletín Epidemiológico, la entidad suma 138 casos confirmados en lo que va de 2025, lo que representa un aumento del 2,660 por ciento en comparación con 2024, cuando solo se reportaron 5 contagios. El crecimiento ha sido tan rápido que ya ubica al estado en el primer lugar nacional, superando incluso a la Ciudad de México y a Chihuahua, que históricamente concentran un alto número de pacientes.
La magnitud del incremento no es menor: en la semana 36 del año, Nuevo León sumó 4 casos más, en un contexto donde México enfrenta un repunte sin precedentes de esta enfermedad respiratoria. Mientras en 2024, a nivel nacional, se contabilizaron 279 casos, en 2025 la cifra asciende a 1,478, lo que refleja un crecimiento del 408 por ciento.
Especialistas advierten que la tos ferina no es un padecimiento menor. Se trata de una infección que puede afectar con severidad a los grupos más vulnerables, en particular a los bebés, niños pequeños y adultos mayores. Los datos son claros: en Nuevo León, el 58 por ciento de los contagios corresponden a mujeres y el 42 por ciento a hombres, lo que revela que la enfermedad no discrimina por género, pero sí expone una tendencia que requiere análisis en términos de prevención y atención médica.
🤒 Nuevo León se mantiene en primer lugar nacional en casos de tos ferina; suma 138 ⚠️https://t.co/Xvdd2PYxrI
— Milenio Monterrey (@MilenioMty) September 17, 2025
Crecimiento sin precedentes en casos
El incremento de tos ferina en Nuevo León resulta alarmante al observar la evolución de los datos. En tan solo un año, los casos pasaron de 5 a 138, es decir, un alza de 2,660 por ciento. Esta diferencia convierte al estado en un foco rojo dentro del panorama nacional de salud pública.
El reporte también refleja que, a nivel país, la enfermedad se ha propagado con fuerza. En la semana 36 de 2025, se confirmaron 28 nuevos contagios en distintas entidades, destacando Chihuahua con 7, Ciudad de México con 6, Chiapas con 4, Nuevo León con 4, San Luis Potosí y Zacatecas con 2 cada uno, y Baja California Sur, Coahuila y Sinaloa con 1 caso respectivamente.
El acumulado nacional evidencia que el repunte no se limita a una región específica, sino que se distribuye en diversas zonas del país. No obstante, que Nuevo León encabece la lista con más pacientes genera cuestionamientos sobre las medidas de prevención implementadas y la eficacia de las campañas de vacunación locales.
Los especialistas explican que la tos ferina suele presentar ciclos de repunte cada tres o cinco años, pero la magnitud del actual brote supera lo esperado. De ahí la urgencia de reforzar la inmunización y los sistemas de detección temprana para evitar complicaciones graves.
Nuevo León, líder en contagios
El Boletín Epidemiológico ubica a Nuevo León con 138 contagios confirmados, seguido muy de cerca por la Ciudad de México con 135 y Chihuahua con 133. En el cuarto lugar aparece Aguascalientes con 102, después el Estado de México con 95 y, en sexto sitio, Coahuila con 85.
Este ranking revela que el norte del país concentra una parte significativa de los casos, lo que genera preocupación en torno a las dinámicas de movilidad, la densidad poblacional en zonas metropolitanas y las brechas en la cobertura de salud.
En Nuevo León, la cifra resulta particularmente grave porque representa el mayor incremento proporcional en todo México. Mientras otras entidades también experimentaron alzas, ninguna se acerca al 2,660 por ciento registrado en esta entidad.
El dato coloca presión sobre el sistema de salud estatal y cuestiona la capacidad de reacción de las autoridades frente a una crisis sanitaria que, de no controlarse, podría seguir expandiéndose en los próximos meses.
Impacto nacional y vulnerabilidad
El repunte de la tos ferina no solo afecta a Nuevo León, sino que refleja un escenario preocupante en todo México. El acumulado nacional de 1,478 casos en 2025 marca un crecimiento histórico respecto a los 279 contagios registrados en 2024.
De los casos reportados en el país, 610 corresponden a hombres (43 por ciento) y 808 a mujeres (57 por ciento). Esta diferencia ha sido interpretada como una señal de que los factores sociales y de exposición pueden estar influyendo, aunque se requiere mayor investigación para comprender por qué las mujeres parecen estar más afectadas.
El incremento generalizado también pone en evidencia la necesidad de fortalecer las campañas de vacunación y la vigilancia epidemiológica. Organismos de salud han reiterado que la vacunación es la herramienta más efectiva para prevenir el avance de la enfermedad, en especial entre bebés y niños pequeños, quienes corren un mayor riesgo de complicaciones.
La magnitud de los contagios actuales también abre la discusión sobre la preparación del sistema de salud. Las unidades médicas deben estar listas para atender a pacientes con síntomas respiratorios, diferenciar la tos ferina de otros padecimientos y garantizar diagnósticos oportunos que permitan dar tratamientos adecuados.
Retos para autoridades y sociedad
El aumento de la tos ferina en Nuevo León y en el resto del país plantea retos significativos. Por un lado, las autoridades de salud deben redoblar esfuerzos en campañas de información, vacunación y seguimiento de los casos detectados. Por otro lado, la sociedad también tiene un papel fundamental al mantenerse informada y acudir a los servicios de salud ante la presencia de síntomas sospechosos.
El Boletín Epidemiológico ha dejado claro que la situación no es menor y que el riesgo de que la enfermedad continúe expandiéndose es real. La falta de reacción oportuna podría traducirse en más hospitalizaciones y en un impacto severo para los grupos más vulnerables.
En Nuevo León, la cifra de 138 casos debería servir como llamado de atención no solo para las autoridades estatales, sino también para la coordinación con el Gobierno federal. Si bien la tos ferina se puede controlar con vacunas y campañas preventivas, la magnitud del incremento exige acciones inmediatas que vayan más allá de los comunicados oficiales.
El escenario es complejo: la tos ferina está mostrando que puede crecer de manera exponencial cuando no se adoptan medidas firmes de prevención. El desafío radica en responder con políticas públicas efectivas, garantizar los recursos necesarios para la atención y asegurar que la información llegue de manera clara y oportuna a toda la población.
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